El 29 de septiembre celebramos a San Miguel Arcángel, uno de los santos más queridos y poderosos en la fe católica. Su nombre significa ¿Quién como Dios? y es reconocido como el defensor del bien, el guardián de la luz y el protector contra todo mal.

En muchos hogares, este día se vive con oración, gratitud y esperanza. Y en el centro de esa devoción está un gesto sencillo pero lleno de significado: encender una veladora en honor a San Miguel. La flama que se eleva representa la fuerza espiritual que guía, protege y acompaña.

San Miguel es considerado el líder de los ejércitos celestiales, el guerrero de la justicia divina. Por eso, al pedir su intercesión, se busca protección para la familia, fortaleza en tiempos difíciles y claridad en las decisiones. Una vela encendida frente a su imagen no es solo luz: es confianza, es fe, es abrir el corazón a su amparo.

Te traemos las siguientes recomendaciones:

• Color recomendado: la veladora roja simboliza la fortaleza, la justicia y la victoria sobre las dificultades. También se puede usar la blanca, como signo de pureza y fe.
• Lugar ideal: colócala frente a una imagen o estampa de San Miguel, en un sitio tranquilo de tu hogar.
• Momento del día: muchas personas prefieren encenderla al amanecer, como inicio de un día protegido, o al anochecer, para descansar en paz.
• Intención personal: al encenderla, piensa en tu petición (protección, salud, fortaleza, paz) y acompáñala de una breve oración.

Este 29 de septiembre, te invitamos a detenerte un momento, respirar y elevar tu corazón a San Miguel Arcángel. Deja que la llama de tu veladora ilumine tus peticiones y llene tu hogar de paz y esperanza.

Porque en cada chispa de luz hay un recordatorio: nunca estamos solos, siempre hay un guardián dispuesto a acompañarnos en el camino.