¿Cuántas veces has estado en una situación en la que quieres cambiar tu manera de ser? 

Y ¿Cuántas veces has pensado que es tarde para cambiar?

Este mes recordamos la conversión de San Pablo, exactamente el día 25 de enero se conmemora este suceso.

San Pablo no siempre fue cristiano, sino que vivió una conversión, él pasó de rechazar por completo a Jesús a admirarle y dedicarse a evangelizar. 

Se cuenta que de joven se dedicaba a perseguir a los cristianos ya que estaba preocupado ante la expansión que estaba teniendo a su alrededor el cristianismo, por lo cual decidió salir a combatirlo con un único propósito: destruirlo. El mismo Jesús se le reveló en el camino, eligiéndole para que, lleno del Espíritu Santo, anunciara el Evangelio de la salvación.

La conversión abarca un cambio de comportamiento, pero va más allá de esto; se trata de un cambio en nuestra misma naturaleza. Es un cambio tan significativo que el Señor y sus profetas se refieren a él como un nuevo nacimiento, un cambio de corazón y un bautismo de fuego. 

Este comienzo de un año nuevo nos da la oportunidad de replantear nuestros comportamientos y acciones en cada uno de nuestros ámbitos, recuerda que nunca será tarde para cambiar, sólo hazlo de corazón.